Empecemos por el principio.
¿Cómo te hablas?.
Cuando estás contenta o contento porque algo te ha salido bien ¿te felicitas, o te reconoces el esfuerzo y la dedicación que has empleado para a obtener ese resultado? O quizá te dices algo así como “bueno, era lo que tenía que hacer” o “no era tan complicado, esto lo haría cualquiera”; y en el caso de que las cosas no hayan salido como esperabas ¿te castigas , te criticas? o ¿eres comprensivo contigo mismo?.
Te propongo un juego. Observa en tu cuerpo…si, si, en tu cuerpo, qué pasa cuando respondes a las preguntas que te acabo de hacer.
Imagino que quizá algunas de tus respuestas pueden haber sido más o menos así:
“Si soy duro conmigo mismo mejoro”
“Si critico mis fallos aprendo para la próxima vez y me motivo”
“Si soy comprensivo con mis errores seré condescendiente y me acomodaré”
“Felicitarse a uno mismo es de engreídos narcisistas y está mal”
Observa, si es posible para ti, si hay algún cambio en tu cuerpo al decir las frases que te propongo a continuación en voz alta. Quizá tus hombros, las manos, la mandíbula, el estómago….mira a ver si notas algo. Ahí van las frases:
“Si me felicito cuando las cosas salen como esperaba, el reconocimiento de mis logros depende de mi, y no de un tercero”.
“Si reviso mis fallos aprendo de ellos, tengo información valiosa para la próxima vez, y me motivo para mejorar”.
“Si soy comprensivo con mis errores acepto que soy humano”
“Felicitarme a mi mismo me da alegría, satisfacción y autoestima”.
El análisis del tipo de comunicación interior que practicas es esencial para entender tu comunicación con los demás porque, en virtud de la primera, tus palabras, el tono de tu voz, los gestos, incluso los silencios, tendrán unas características u otras. Para saber de qué tipo es tu comunicación interior solo tienes que pensar si aquello que te dices a ti mismo, se lo dirías a cualquier otra persona de la misma manera.
Es habitual pensar que lo que nos decimos a nosotros mismos no tiene relevancia para los demás porque nadie lo oye. Sin embargo lo que nos decimos a nosotros mismos, y sobre todo cómo nos lo decimos, influye muchísimo en la imagen que proyectamos al comunicarnos.Y quizá dirás «¿de qué modo notan los demás cómo me hablo?»; la comunicación en este sentido puede ser evidente o sutil. A lo mejor conoces a alguien que manifiesta claramente ser muy exigente consigo mismo, o alguien al que no sabes cómo explicarlo, pero ves de manera habitual crispado, molesto, triste… también te rodean ese tipo de personas que parece que se toman la vida de otra manera, a veces parece como si no tuvieran problemas ¡o tuvieran menos! esas personas que dirías que, en esencia, están en paz consigo mismas. Este tipo de sensación transmite alguien que se habla con amor. He dudado un rato sobre si escribir la palabra amor, porque hay a quien le suena raro, pero no hay termino más adecuado. El objetivo definitivamente es tratarse con amor.
Aún en el caso de que seas el mejor actor o actriz del mundo y consigas desdoblar tu comunicación y practicar una agresiva contigo, y sin embargo amable con los demás, me temo que no vas a poder mantener el tipo eternamente. En algún momento, pensamientos como:
“es increíble que no se haya dado cuenta de lo que me he esforzado”, “debería haberme agradecido todo lo que he hecho”, “no voy a aprender, siempre me dedico a los demás…¡¿y yo qué?!, “soy imbécil, siempre caigo en los mismo errores”, «tendría que haberme fijado más»
…aparecerán en algún rincón de tu cabeza. Entonces, si no te has dado la oportunidad de expresarte, esos pensamientos se irán transformando en un resentimiento más o menos pequeño…pero resentimiento al fin y al cabo.
Y el resentimiento no es un buen compañero de viaje.
Prueba, durante las próximas semanas a poner atención al tipo de lenguaje que practicas contigo mismo, y reflexiona sobre si te estás tratando con amor o te estás castigando.
Si, después de haber leído este texto, eres tan amable de dejar un comentario con tu opinión o experiencia, me sentiré alegre y motivada porque mi necesidad de conexión con los demás, de compartir cosas que me parecen interesantes y de aportar mi granito de arena, se verá satisfecha. Anímate y cuéntame cómo te hablas.
Hasta pronto,
María
María, como bien dices hay momentos en los que debemos protegernos de nosotros mismos. Si no somos capaces de perdonarnos por nuestros errores y alegrarnos con los éxitos ¿quién lo hará por nosotros? Gracias por compartir tus palabras.
Me gustaMe gusta
Tu post ha llegado a mí en el momento idóneo.Hay temporadas que las circunstancias, los agobios, las prisas, hacen que perdamos nuestra propia voz. Gracias por recordarlo, siempre es un buen momento para ponerlo en práctica.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tus palabras llegan en un momento de mi vida en el que tendría que revisar mis palabras para conmigo y tratarme con más amor, en ello estoy .Por suerte, quiero compartir que me estoy diciendo palabras bien bonitas en los últimos días y resuenan los resultados positivos. Estoy segura que vendrán más , porque así siento que los merezco.
Gracias por tu generosidad.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Wowwwww es increíble como leyéndote da la sensación que comprendes la esencia, es como si me hubieras visto por dentro. Absolutamente identificada.
Probare estos días a ver cómo me trato, pero yo soy de las “supervivientes”, las decepciones las dejo aparcadas muy al fondo y sigo adelante, si sigue haciéndome daño corto por lo sano.
Me gustaMe gusta
Gracias. Qué bonito lo que dices. Quizá tiene que ver con que precisamente nuestra esencia, la que nos ocupamos tanto de proteger y a la vez tapar, y a la que muchos no miramos con frecuencia, en realidad es tan parecida, que al abrirnos y reconocerla, quien está enfrente se siente ineludiblemente cerca.
Me gustaMe gusta
Felicidades por el blog. No sé si ya te he comentado estas obras literarias pero, por si pueden contribuir a tus inquietudes, te recomiendo estos dos libros:
a) El libro de aforismos “Miradas sinceras, ojos eternos”. En internet puedes sacar información.
b) La novela breve «La sombra de los artistas».
c) El libro de poemas “El clown de la imaginación”
Un saludo y felicidades. https://ernestocapuani.wordpress.com/
Me gustaMe gusta
Gracias por leerme, Ernesto.
Te imagino empachado de mí esta tarde 😉
Echaré un vistazo a tus recomendaciones, ultimamente la poesía y la filosofía me dan grandes ratos de disfrute.
¿¿Conoces a Sarah Kay y Phill Kaye??, hacen spoken word poetry y¡ me encantan!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues no los conocía pero ahora busco algo sobre ellos. Felicidades y gracias. Buona sera.
Me gustaMe gusta
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hay material de sus actuaciones juntos y también por separado, las charlas TED de ambos son muy interesantes.
Espero que te gusten. Ciao!
Me gustaMe gusta
He copiado el link y no logro verlo. Uf?
Me gustaMe gusta
prueba a poner «when love arrives» sarah kay and phill kaye en youtube, a ver si así lo puedes ver.
Enjoy it!
Me gustaLe gusta a 1 persona
ok, gracias. Lo acabo de encontrar…genial! Hoy lo veo. Buona serata.
Me gustaMe gusta
¡igualmente!
Me gustaMe gusta
No sé si puedes ver este recital, por si fuera de tu interés.
Me gustaMe gusta
¿qué recital?
Me gustaMe gusta
Mandé un link, pero creo que lo hice mal. Lo siento, ahora debo preparar la exposición que haremos este jueves a la Exposición del Canal sobre Auschwitz. Gracias.
Me gustaMe gusta
tranqui, otro día
Me gustaMe gusta
¡muchas gracias!
Me gustaLe gusta a 1 persona
A ti, buen día. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Estoy de acuerdo con todo lo que describes y, en mi caso, hay diferencias entre mi diálogo interior y exterior en algunas épocas de mi vida. En aquellas donde está sincronizado la diferencia es más que notable…para mí y para los que me rodean.
Me gustaMe gusta
Exacto. Quererse bien para querer mejor a otros.
Me gustaMe gusta