Seleccionar página

Sep 18, 2018

Desconectar es conectar

Tecleo en google «profesor harv» y lo primero que encuentro es justo lo que andaba buscando:  información sobre Tal Ben Sahar, el profesor de Harvard a cuyo seminario sobre felicidad acuden unos 1.400 alumnos por semestre. Está claro, la felicidad nos importa.

Pero, ¿a qué llamamos felicidad?… y ¿es posible experimentarla también en el trabajo? ¿o quizá sólo es para unos pocos privilegiados, que aman lo que hacen, y cuya vocación es un pilar a prueba de tornados y terremotos?.

He aprendido algunas cosas en mi breve investigación al respecto. El profesor Ben Sahar define felicidad como «la experiencia del bienestar en toda persona». Para la Real Academia de la lengua Española, felicidad es  «estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno». En nuestro idioma, etimológicamente, la palabra felicidad viene del latín felix, que significa fértil, fecundo. Mi definición personal (que no soy académica de la RAE ni una eminente profesora, pero a mi me funciona) es: » estado en el cual acepto lo que la vida me traiga, aprendo de las experiencias y valoro, porque veo, lo que hay y lo que soy».

¿Adónde me lleva todo esto?

Uniendo conceptos de aquí y allá, y conversaciones con unos y otros, no deja de venir a mi cabeza una idea de forma insistente:

DESCONECTAR ES CONECTAR

Tengo la sensación de que muchas personas  postergan sistemáticamente la felicidad para otro momento. Como si en el ahora no hubiera espacio para ella.

Seré feliz cuando acabe mis estudios y sea independiente.

Seré feliz cuando tenga trabajo/pareja/hijos/un ascenso/una casa más grande/más tiempo para mí…

No hay nada malo en este tipo de objetivos, y al mismo tiempo creo que la felicidad no va de eso.  De nuevo desconectar y conectar. ¿Qué querrá mi mente decirme con esto?. Llamamos desconectar al período en el que vamos de vacaciones, o al fin de semana, o a ese momento del día a día en el que hacemos algo que realmente nos satisface. ¿No es eso más parecido a conectar que a desconectar?. Conectar con nosotros mismos, con lo que nos gusta hacer o no hacer, con ese estado de consciencia en el que parece que el tiempo corre sutilmente más despacio. Y ¿cómo sería trasladar este estado al resto de nuestro tiempo? es decir…¿y si pudiéras vivir en conexión con tu esencia, tus valores, tus inquietudes y tu potencial….siempre?.

Vale, siempre es muy exigente, y un poco ingenuo. Entramos y salimos de esa manera de estar en la vida, pero ¿crees que sería posible para tí intentar permanecer conectado más tiempo?.  Y si te estás preguntando cómo hacerlo, acompáñame al siguiente texto.

Me pongo a ello, pásate pronto por aquí.

 

María

 

 

 

 

Relacionados

Hazlo con miedo

¿De qué cuida mi miedo? ¿Qué hay debajo de él? ¿Para qué me encoge como un ovillo algunas noches? ¿Y qué poderosa...

leer más

La alegría de pedir

  “Soy en pedir tan poco venturoso,que sea por la pluma o por la espada,todos me dicen con rigor piadoso: «Dios...

leer más

Descubre más desde Comunicación completa

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo