Seleccionar página

Dic 30, 2018

Quererse o no quererse, esa es la cuestión.

Son las ocho de la tarde. Ducha, pijama, desenredar melenas. Una niña de 9 años. Su hermana de 11. Una madre, que a veces plantea preguntas quizá un poco intensas para lo habitual, le hace la siguiente a la de 9:

-¿Tú te quieres?

-¿Cómo?

-Que si te quieres…quiero decir ¿qué te dices cuando haces algo que no te sale como esperabas?

-pues que ya me saldrá, no sé mamá…

-Ahá, ¿Y cuando te sale como querías?

– Me pongo contenta. Bien.

Entonces se queda un momento callada y añade:

-Mamá, no te enfades, pero yo es que en realidad me quiero más a mí que a tí.

En ese momento observo que la de 11, que hasta entonces escuchaba la conversación de refilón, abre los ojos como platos y arquea las cejas.

Siento una necesidad imperiosa de compartir, celebrar y afianzar esto que está sucediendo. Respondo:

-No solo no me enfada escuchar eso, sino que me pone muy contenta. Estoy convencida de que sólo queriéndote a tí primero, puedes quererme a mí. Yo lo he descubierto de mayor, así que me hace feliz que tú ya lo sepas. A veces podemos entender que querese a uno primero es egoista, sin embargo, no sólo no es egoista, sino que es imprescindible para poder querer libremente a los demás.

IMG_0606

-Vale, ¿que hay de cenar?…

Y como si tal cosa, me dió una lección de autoestima y seguridad en sí misma, en nuestra relación y en mi amor incondicional hacia ella, que dibujó una sonrisa en mi cara y un intenso deseo de contribuir a mantener aquellos conceptos bien claros.

Miro hacia atrás ¿Cúando aprendí a quererme?

Este ha sido un año intenso en muchos sentidos, y empiezan a tomar forma conceptos que apenas atisbaba cuatro o cinco años atrás.

¿Qué significa quererse a uno mismo? No me refiero a un amor loco, narcisista, que lo justifica todo. Eso no es Amor. Hablo de esa forma de mirarse en la cual puedas observar cada parte de tí con el cuidado y el cariño que observas a tus seres más queridos. Esas partes que a veces, queriedo controlar las cosas, y ofrecer una imagen excelente de tí misma, se vuelven algo rígidas, y tensan espaldas y mandíbulas. Esas que reaccionan y te impulsan a hacer cosas, en ocasiones poco cuidadosas, de las que a veces te arrepientes. Esas que te hacen sentir pequeña, insegura, poco valiosa, y que quisieras meter debajo de la alfombra y hacer desaparecer.

Quererse a uno mismo, desde mi experiencia, significa conocerse. Aceptarse y a la vez desear evolucionar. Y hacerlo.

Quererme significa compromiso. Constancia. Ser confiable, cumplir. Identificar mis necesidades, esas que me mueven cada día. Darles forma y nombre y pensar modos de cuidar de ellas. A veces lo hago sola, otras le pido a alguien que contribuya. Pero antes de ir al otro, me aseguro de ir ligera, libre. Sabiendo que si no está disponible para mí en ese momento (o quizá en ninguno dependiendo del caso… y me tocaría hacer el duelo), no me voy a quedar desatendida. Ni sola.

Marshall Rosenberg afirmaba que la violencia nace de las cosas que nos decimos a nosotros mismos. De nuestro lenguaje interno.

Aprender a querese no es un trabajo sencillo. Hay mucho que desaprender. Sin embargo también hay lugares/personas/ideas de los que nutrirse. Agradezco en este sentido a Pilar de la Torre,  su pasión por compartir la Comunicación Noviolenta y también que me hablara del «Internal Family Sistem», ideado por Richard Swartz. Y que hiciera posible la formación en esta metodología de análisis en Madrid. También a todos los que de un modo u otro, han contribuido a que me conozca cada vez mejor. Es una larga lista, que queda para mí y para ellos y ellas.

Este que escribo hoy es un texto quizá demasiado personal. De nuevo me asalta la duda de si tiene sentido compartir estas cosas. Creo que si, porque solo he podido llegar aquí gracias a que otros han compartido conceptos, ideas y reflexiones conmigo. Como en una cadena de favores. Te susurro mi descubrimiento más valioso. Cómo aprendí a quererme.

Un abrazo,

María.

 

 

 

Relacionados

Hazlo con miedo

¿De qué cuida mi miedo? ¿Qué hay debajo de él? ¿Para qué me encoge como un ovillo algunas noches? ¿Y qué poderosa...

leer más

La alegría de pedir

  “Soy en pedir tan poco venturoso,que sea por la pluma o por la espada,todos me dicen con rigor piadoso: «Dios...

leer más

Descubre más desde Comunicación completa

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo