Seleccionar página

Mar 19, 2019

Rugido de leona

Photo by Public Domain Pictures on Pexels.com

Escribí este texto hace un tiempo. Lo tenía en cuarentena porque dudaba sobre si publicarlo. Vulnerabilidad ¿para qué te quiero?…ahí te va…por si tu león o leona también ruge.

Un día cualquiera leo este poema de Jeff Foster:

“Eres un lío y estás sanando”

Mientras sanas

Mientras recuerdas tu verdadera naturaleza

(vasta, poderosa, presente, y libre)

mientras vas quitando capas al ser condicionado,

mientras despiertas del sueño de culpa y abandono de ti mismo

quizás te encuentres llorando, temblando, con ira.

Llora amigo. Siente la rabia.

Llora todas las lágrimas que nunca te permitiste llorar antes.

El cuerpo necesita llorar a veces,

Para liberar energías reprimidas.

Necesitas hacer el duelo por todas las vidas que anhelaste vivir,

Todas las vidas que nunca serían vividas,

Para que puedas regresar a esta vida,

A este cuerpo, a este momento.

Olvida tu imagen. Necesitas rugir por tu vida ahora.

A veces sanar no es algo bonito.

Es muerte. Es renacimiento.

Es dejar ir y dejar venir.

Lloramos. Temblamos. Nos estremecemos. Gritamos.

Nos sentimos “peor que nunca”. Hacemos un desastre.

Tocamos de cerca la desolación y la duda como nunca creímos posible.

Pero empezamos a confiar en el proceso.

Y empezamos a confiar en que esos sentimientos “oscuros” necesitan ser sentidos.

Y quieren que los sintamos.

Y han estando anhelando que los sintamos desde que éramos muy pequeños.

No hay nada malo en ti,

Incluso si la mente dice:

“Existe algo malo en mí”.

(Y tampoco hay nada malo en ti

por tener este pensamiento).

Confía. Y confía en que a veces necesitas dudar.

Y olvidar. Y resistir.

Sí, confía en que a veces sentirás resistencia a sanar.

¡Y puedes celebrar tu resistencia ahora!

Puedes celebrar todo de ti ahora.

Mientras lloras, mientras tiemblas,

Mientras ruges como un león,

Mientras ruegas a Dios por piedad, 

Mientras tocas el Suelo de nuevo.

Sí, eres un lío.

Sí, estás sanando a tu propia y original manera.

– Jeff Foster

¿Qué quieres de mí, rugido de leona?

Me asustas, me aturdes, cállate.

¿Alguna vez has oído a un león en tu interior? ¿Le has dejado salir? ¿Qué sucedió?

Ahora que me pongo a escribir me doy cuenta de que quizá este texto tenga algo que ver con La columna izquierda… , porque creo que claramente existe una conexión entre el rugido interior y las palabras que no decimos. La ira de la leona por habernos negado la expresión de lo que vivimos. También, en otro sentido, más bien tendiendo al arrepentimiento, ruge la leona cuando decimos palabras que no querríamos haber dicho y observamos el efecto que han tenido, aunque no queramos reconocerlo. Lo vemos. Se muestra desafiante la herida.

Rugido de leona cuando no cuido de mi, o cuando no cuido de tí. Y curiosamente no cuidar de ti también es no cuidar de mí, y viceversa. Rugido de leona.

También encuentro ahora relación con el texto de hace unas semanas Poder y rendición. Una mirada hacia la rabia. La leona se despierta cuando entrego todo mi poder a otro. Claro ¡cúanto sentido tiene esto ahora! si puedo mirar en mi interior, aunque sea después del rugido, si es que no me ha sido posible hacerlo antes, y aprendo a identificar de qué estaba cuidando ese animal, puedo mirarle con gratitud y no con miedo.

Su rugido me dice «despierta, deprisa, hazte cargo. Solo tú puedes hacerlo».

Ahí quiero llegar. Gracias leona.

María

Relacionados

Hazlo con miedo

¿De qué cuida mi miedo? ¿Qué hay debajo de él? ¿Para qué me encoge como un ovillo algunas noches? ¿Y qué poderosa...

leer más

La alegría de pedir

  “Soy en pedir tan poco venturoso,que sea por la pluma o por la espada,todos me dicen con rigor piadoso: «Dios...

leer más

Descubre más desde Comunicación completa

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo