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Feb 5, 2019

Ritardando

Mi amiga Pilar Cáncer me ha enseñado este concepto. El compositor de una melodía, hacia el final de la pieza, utiliza el ritmo y los silencios haciendo que poco a poco se ralentice la ejecución,  hasta llegar al final. Y provoca un efecto de calma. Ella cuenta que hay que aguantar la tensión que se crea y controlar muy bien los pasajes, para moverlos como prefieras.

Esta descripción, que viene del lenguaje musical, desde mi punto de vista, le da mucho sentido al uso y el efecto de la comunicación noviolenta. La CNV propone retardar un poco la expresión, para poder elegir cómo quiero comunicarme. Ojo, esto no supone censurar, evitar o callar. La expresión será honesta y a la vez cuidadosa, y para ello, en ocasiones, hay que pensar dos veces cómo elige uno decir lo que quiere decir.

Imagino una situación en la que el ritmo de la conversación se acelera y me dirijo a un enfrentamiento. Lo puedo notar, no sólo por la velocidad de mis y tus palabras, sino por multitud de pistas que mi cuerpo me va dando. Señales de que estoy en caída libre, hacia un lugar muy, muy conocido. Mis mandíbulas se tensan, las manos quizá se cierren, a lo mejor siento calor en mis mejillas y orejas, y mi corazón late con más fuerza acelerando mi pulso. Incluso puedo llegar a notar una sensación en la boca de mi estómago, como un nudo arremolinado que tira hacia adentro. Imagino que cada uno tendrá sus propias señales.

En esta circunstancia mi cabeza me dice que no hay nada que hacer, que estoy abocada a la reacción de siempre, que según mi perfil puede que sea el grito, o el bloqueo, o en cualquier caso, la expresión poco cuidadosa contigo o conmigo. En ese instante, en esas décimas de segundo que pasan entre que empiezo a notar la tensión y reacciono, es donde reside mi verdadera libertad de elección. En palabras de Viktor Frankl «A un ser humano le pueden robar todo, menos una cosa: la última de las libertades del ser humano,  la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancia». (Del libro «El hombre en busca de sentido»).

Claro que al principio no conviene probar en situaciones de extrema tensión. Mira a ver si es posible que encuentres a alguien que te haga de cómplice, y te ayude con esto. Ensaya en conversaciones ligeras. Trata de ir paso a paso, y abordar retos mayores cuando vayas adquiriendo seguridad en la forma de expresión que propone la CNV (recuerda: hechos, sentimientos, necesidades, petición).

Hay una imagen que a mi me ayuda a visualizar este espacio de libertad y que a lo mejor te sirve. Serena Rust le llama «el paracaidas jirafa», porque si recuerdas ( y si no, échale un ojo a Un superpoder de origen terrenal), en CNV se conoce al lenguaje noviolento como el lenguaje de las jirafas. El truco está en imaginar, en el momento en que te das cuenta de que caes en picado, que tiras de la anilla de un paracaidas y de este modo, al desplegarse, te da tiempo a observar la situación con distancia y algo más de tranquilidad y a llegar a tu destino suavemente. Y de esta forma puedes acabar de tocar tu pieza en calma, y conectado con lo que realmente quieres transmitir.

Hasta pronto,

María

 

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