Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
La belleza
Luis Eduardo Aute
Traigo esta letra maravillosa porque, desde mi punto de vista, expresa de un modo muy sencillo la esencia de la comunicación que quiero vivir.
Si ya has pasado por aquí antes, habrás observado que el hilo conductor de esta colección de textos contiene empatía, conexión, autenticidad, cuidado, compasión. Cada vez que utilizo la palabra compasión siento la necesidad de definir a qué me refiero. Quizá compasión en nuestra cultura nos lleva a un lugar próximo a la pena, o asociado en alguna medida a la religión. Tal y como yo lo veo compasión abarca esa mirada comprensiva hacia uno mismo y hacia los demás. Esa forma de acercarte a las relaciones que busca entender, y latir en la frecuencia del otro por un rato, para generar esa conexión, ese momento exquisito en el que ves en la mirada del otro la belleza.
Lo que hay debajo de sus palabras, por duras o torpes que estas sean. La habitación de la vulnerabilidad, que muchos tienen cerrada bajo siete llaves, y que si consigues parar metafóricamente el tiempo, ofreciendo toda tu atención a alguien, se abre con una facilidad asombrosa. Porque en el fondo queremos VERNOS y que nos VEAN. Por más que nos escondamos detrás de máscaras de bravura o miedos. De juicios o suposiciones.
Te propongo que no dejes de mirar con intención de VER.
Que escuches con intención de COMPRENDER, aunque no justifiques ni haya que estar necesariamente de acuerdo.
Que te mantengas firme en tu propósito de generar conexión y le ofrezcas al otro la belleza con tu presencia plena, cambiándole el paso.
Y a lo mejor estás pensando : “¿y por qué tengo yo que hacer eso por los demás? “
Mi única respuesta a eso cita a otro Eduardo, Galeano “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.
Te invito a ser el cambio. Porque en realidad la belleza nos rodea. Solo hemos de hacer el ejercicio de mirarla.
María.