¿De qué cuida mi miedo?
¿Qué hay debajo de él?
¿Para qué me encoge como un ovillo algunas noches?
¿Y qué poderosa fuerza me hace escucharlo, desnudarlo, trascenderlo y transformarlo?
Mi miedo cuida de cosas importantes. Para empezar, de la imagen que tengo de mí misma. El valor que veo en mí. Cuida de mi deseo de ofrecer y aportar. Mis ganas de amar y mi necesidad de ser amada. Cuida de que viva de acuerdo con mis valores, siendo fiel a mi naturaleza. Cuida de la versión más auténtica de la mujer que soy. Y a la vez cuida de mi necesidad de pertenecer, de ser aceptada.
Me doy cuenta de que cuida de cosas importantes, de un modo un poquito maximalista. Y en ocasiones exagera y me hace perder por momentos la perspectiva. Agita, como decía Santa Teresa, a la loca de la casa.
Debajo de mi miedo hay piezas valiosas de mi puzzle. Y quiero seguir cuidando de esas piezas. Quiero abrazar a este miedo y sus salidas de tono puntuales. Acogerlo y escuchar sus historias. Porque además del miedo, reconozco esa fuerza poderosa que me impulsa y me nutre. Y al amanecer deshace el ovillo, me levanta de la cama y me devuelve, pase lo que pase, una sonrisa en el espejo.
Aquí estoy, compañera de vida. Vamos allá.